El responsable de la Denominación fue uno de los participantes en la mesa redonda sobre la cultura sidrera asturiana que inauguró el programa en el pabellón del Principado en Fitur. En ella no solo se valoró la bebida, su calidad y tradición tanto de consumo como de servicio, con el escanciado por bandera, también se hizo hincapié en su potecial turístico y en que sea la candidada de España a Patrimonio Mundial Inmaterial de la Humanidad. A fin de cuentas, «es una cultura viva que se va actualizando», defendió Guisasola al abordar la variedad de productos y las nuevas tecnologías empleadas. Con él, Luis Benito, director de la Cátedra de la Sidra de la Universidad de Oviedo; Ana Soberón, representante del Club de Producto Sidraturismo, y Saúl Moro, presidente de la Asociación de Escanciadores, se encargaron de dibujar el papel de la sidra en el contexto actual.
Soberón ahondó en su potencial para atraer turistas, el cual, aseguró, aún no está todo lo aprovechado posible. «Por el momento hablamos de visitar las pumaradas, de conocer el proceso de elaboración y de degustaciones con el complemento de otros productos asturianos, pero aún se puede ampliar la oferta generando otras actividades que, además, desestacionalicen las visitas», explicó, convencida de hacer «una oferta propia y diferenciada con productos de calidad».
Luis Benito, uno de los promotores de la candidatura de la cultura sidrera al reconocimiento de la Unesco, demostró el calado que esta tiene en la región, «existe, se ve en el paisaje y paisanaje, la cultura sidrera no es algo inventado ni aislado», argumentó. Y la importancia que se merece confirió Moro al escanciado al ser preguntado al respecto por el moderador del encuentro, el director general de Cultura y Patrimonio del Principado, Pablo León. «Requiere técnica y mucho conocimiento. Se tiene que valorar más al escanciador», reclamó su representante.