Las Bodegas Fernández Herrero son fruto de la dedicación e ilusión de sus fundadores, Rafael Fernández Sánchez y Luisa Herrero Portillo, así como del apoyo de sus seis hijos que se unieron con entusiasmo a este proyecto, participando en las diferentes tareas de gestión de la bodega.
El reencuentro con una tradición iniciada por sus bisabuelos (en 1935 la familia ya elaboraba más de 12.000 arrobas de vino tinto), hizo posible este proyecto, que comenzó en el año 2001 con la plantación de las primeras viñas en la comarca de Huéscar, cuna de las familias de Rafael y Luisa y marco incomparable para la elaboración y crianza del vino.
Basado en técnicas puramente artesanales donde prima la calidad del vino y el respeto al medioambiente, se elabora IRVING, un vino excelente, que representa la apuesta de la familia por producir un vino de altura, símbolo de lo mejor de su tierra y de sus tradiciones.
Así nacieron las Bodegas Fernández Herrero, creadas para elaborar vinos tintos de máxima calidad con un nuevo concepto de elaboración artesanal, crianza y comercialización del vino de calidad.