Y a día de hoy ya hemos escrito doce: una por cada uno de los vinos que producimos en las Bodegas Miquel Oliver. Blancos, rosados y tintos con personalidad y características propias, que nos hablan a través de su color, su sabor, su olor y sus matices. Y que lo hacen con pasión. Porque son vinos con cuerpo pero sobretodo con alma: la propia de cada uno, la que Pilar y su equipo ponen en su elaboración e incluso la tuya cuando finalmente lo catas. Por eso siempre decimos que en la historia de cada vino tú tienes la última palabra.