La bodega tiene unos grandes ventanales y está forrada de piedra, características de las antiguas construcciones mallorquinas. Las piedras fueron obtenidas de la pre-plantación de la viña y se aprovecharon para edificar la bodega. Ésta está envuelta de 35 hectáreas de viña, que acaban delimitando en el horizonte con la Serra de Tramontana, dejando a la bodega rodeada de un paisaje especial y único.