En 1906, Juan Otero Colino nacido en la cercana comarca de Sanabria, se instala en Benavente, abriendo un pequeño local dedicado a la venta de vino. Construye un almacén de coloniales y vinos, con una pequeña bodega subterránea de una capacidad de 40.000 litros, en la que comienza sus elaboraciones. En 1950 su hijo, Manuel Otero, empieza una serie de ampliaciones y modernizaciones de esa bodega hasta llegar en la actualidad y con la tercera generación, a disponer de 150 depósitos. La constante adaptación a las nuevas técnicas enológicas, y la ampliación y modernización de sus instalaciones, permiten que Bodegas Otero haya conseguido combinar con gran éxito en los últimos años los dos elementos: tradición y nuevas tecnologías.