Joan, el propietario de esta pequeña bodega familiar, creció entre viñas y conoció de la mano de su abuelo, Joan de la Casa, todo lo que envuelve al mundo del campo y del vino. Sus recuerdos de infancia se ven impregnados de los aromas que desprendían las jornadas de vendimia en el cup: fruta madura confitada y caramelo, dulces de pastelería, gas carbónico…
Es en recuerdo a aquel hombre, que supo transmitir el amor por el campo a su pequeño nieto, de donde proviene el nombre de la bodega