El 10 de Febrero de 1664 un antepasado nuestro, Simón de la Cárcel de Corpa, compraba una finca en Rebollar, según se acredita en documento original firmado ante el escribano de la Villa de Requena.
Según la investigación llevada a cabo, posteriormente nuestro antepasado dejó en herencia tanto la finca como sus labores a un sucesor suyo. Es por ello, que sabemos que en aquel entonces ya se dedicaban al cultivo de la viña y la elaboración de vino.
Esta forma de vida siguió generación tras generación hasta llegar a nuestro bisabuelo Feliciano Cárcel, quien a principios de siglo comenzó a elaborar vinos tal y como ahora los conocemos, estableciendo relaciones comerciales a nivel nacional.
La aldea del Rebollar, eminentemente vitivinícola, es la cuna de nuestros vinos, de nuestra historia, y de una tradición que ha continuado ininterrumpidamente hasta la fecha.