En casa de Manuel Moldes, siempre se había hecho vino para consumo propio pero en 2009 Chicho, que es como le llama todo el mundo, decidió llevar su pasión y hobby algo más allá y lanzó Bodegas Fulcro, un proyecto de garaje (literalmente) centrado en elaborar vinos frescos de terruño del valle del Salnés. Mantiene un perfil bajo y apenas elabora 30.000 botellas prefiere crecer ordenadamente y hacer solo vinos que le gustan pero es sin duda uno de los nombres a tener en cuenta en la zona.
Ayudado en sus inicios por Rodri Méndez (Forjas del Salnés), Moldes tiene en el mercado dos tintos y tres albariños en sus pequeños viñedos cercanos al mar en los alrededores de Meaño y Sanxenxo.