Bixente Eizaguirre, hijo de una familia con gran tradición vinícola y fundador de la bodega Talai-Berri, contaba ya, antes de su creación, con una larga experiencia profesional en el ramo; tras muchos esfuerzos por lograr la Denominación de Origen para un producto en el que habían trabajado sus antecesores y él mismo (de hecho fue promotor e impulsor de la iniciativa), decidió crear una bodega que atendiera a todas las exigencias que conlleva una Denominación de Origen.