Un apellido siempre estrechamente ligado en el mundo del vino, más de 150 años avalan nuestra historia.
En Pere Olivella i Sardà, viticultor y masover de una finca vitícola en el municipio de Font-rubí, ya lo movían unos valores que lo acercaban a la tierra.
En aquella época, en su filosofía de vida, ya existía el concepto de granja, la integración de la viña con diferentes animales de granja; el magnífico caballo de tiro, una manada de ovejas, gallinas, patos, conejos y otros animales que pacían en los campos donde se dejaba reposar la tierra unos años antes de volver a plantar viña, intentando volver a la madre tierra todo aquello que los daba. Interpretaba la viña a su manera, con respeto, de forma sencilla, para conseguir las mejores cosechas y siempre fiel a la luna en todos los trabajos de la finca.