Heredero de una larga tradición vitivinícola, fue José Córdoba Rodríguez quien comenzó a comercializar sus vinos.
Orgulloso de ellos, los bautizó con su propio nombre.
Testigo del buen hacer de sus abuelos, su padre, su suegro en los antiguos calados de la familia transmitió a su hijo José Carlos su manera de elaboración.
Con el paso del tiempo, y en las nuevas instalaciones, el hijo continúa trabajando como le enseñaron, con esfuerzo, pasión, paciencia, atención, constancia y mimo, para lograr que sus vinos ofrezcan una excelente calidad y la satisfacción del consumidor.