Somos una bodega familiar que comenzó a dar sus primeros pasos en 1885, cuando Don Felipe Lagunilla San Martín, ilustre cenicerense, empezara a producir sus primeros vinos.
Cinco generaciones después seguimos manteniendo los métodos de elaboración tradicionales para toda nuestra producción de vino, vermú y mistela.
Somos de las últimas bodegas de La Rioja que continua realizando el pisado tradicional de la uva de nuestros propios viñedos a pies descalzos, fermentando en lago de piedra y una cueva del siglo XV en nuestra ciudad natal, Cenicero.