La danza del maridaje, ese arte de combinar vinos y alimentos, a menudo sigue rutas trilladas: tintos robustos con carnes rojas, blancos frescos con mariscos.
Cada rincón del planeta esconde joyas vinícolas, tesoros que aguardan ser descubiertos por los amantes del vino intrépidos. Los viajes vinícolas se convierten así en