El vino blanco es una bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación del zumo de uvas blancas o de uvas tintas con la piel retirada. El vino blanco tiene diferentes tipos y variedades, que se distinguen por su color, su aroma, su sabor y su graduación alcohólica. Algunos ejemplos son el Chardonnay, el Sauvignon Blanc, el Riesling, el Albariño o el Cava.
El vino blanco, al igual que otras bebidas alcohólicas, tiene calorías que provienen principalmente del alcohol y del azúcar. Estas calorías se deben tener en cuenta si se quiere llevar una dieta equilibrada y saludable, ya que pueden contribuir al exceso de peso y a otros problemas de salud si se consume en exceso.
En este artículo te explicamos cuántas calorías tiene el vino blanco, qué factores influyen en su valor energético y cómo disfrutarlo sin pasarse de calorías.
Calorías de una botella y de una copa de vino blanco
Para calcular las calorías del vino blanco se puede usar la siguiente fórmula:
Calorías del vino blanco = (ml x % alcohol x 0.8 x 7) + (ml x g azúcar x 4)
Donde:
– ml es el volumen de vino en mililitros
– % alcohol es la graduación alcohólica del vino
– 0.8 es el factor de conversión de gramos a mililitros
– 7 es el número de calorías por gramo de alcohol
– g azúcar es la cantidad de azúcar por mililitro de vino
– 4 es el número de calorías por gramo de azúcar
Según esta fórmula, una copa de vino blanco de 100 ml tiene entre 61 y 85 kcal, dependiendo del tipo y la graduación alcohólica del vino1. Por ejemplo, el Prosecco tiene 71 kcal, el Sauvignon Blanc tiene 81 kcal y el Chardonnay tiene 85 kcal por cada 100 ml.
Esto significa que una botella de vino blanco de 750 ml puede tener entre 460 y 640 kcal. Por ejemplo, una botella de Segura Viudas Xarel·lo, un vino blanco seco y aromático, tiene 525 kcal2.
Como se puede observar, la mayor parte de las calorías del vino blanco provienen del alcohol, mientras que el azúcar tiene una influencia menor. Por eso, los vinos más secos y menos dulces tienen menos calorías que los vinos más dulces y abocados.
Factores que influyen en las calorías del vino blanco
Además del alcohol y el azúcar, hay otros factores que pueden influir en las calorías del vino blanco, como son:
– El tipo y la variedad de uva: cada uva tiene un contenido diferente de azúcar y de acidez, lo que afecta al proceso de fermentación y al resultado final del vino. Por ejemplo, las uvas blancas suelen tener más azúcar que las tintas, lo que hace que los vinos blancos sean más dulces y calóricos que los tintos.
– El proceso de elaboración: el método de elaboración del vino puede modificar su composición y su valor energético. Por ejemplo, los vinos espumosos se someten a una segunda fermentación en botella, lo que aumenta su contenido en alcohol y en dióxido de carbono. Los vinos fortificados se les añade alcohol destilado para aumentar su graduación y su conservación. Los vinos dulces se detiene la fermentación antes de que se consuma todo el azúcar o se le añade mosto concentrado para endulzarlo.
– El tiempo de crianza: el tiempo que pasa el vino en barrica o en botella puede afectar a su sabor, su aroma y su color, pero también a su valor calórico. Por ejemplo, los vinos blancos jóvenes suelen tener menos alcohol y más azúcar que los vinos blancos con crianza, lo que hace que tengan menos calorías. Sin embargo, los vinos blancos con crianza suelen tener más cuerpo y más complejidad, lo que los hace más apetecibles y difíciles de moderar.
Cómo disfrutar del vino blanco sin pasarse de calorías
El vino blanco es una bebida que se puede disfrutar con moderación y sin culpabilidad, siempre que se tenga en cuenta su aporte calórico y se compense con una alimentación equilibrada y un estilo de vida activo.
Algunos consejos para disfrutar del vino blanco sin pasarse de calorías son:
– Elegir vinos blancos secos y con una graduación alcohólica moderada (entre 11 y 14%).
– Beber el vino blanco con las comidas y no entre horas o como aperitivo.
– Servir el vino blanco en copas pequeñas o medianas y no llenarlas hasta el borde.
– Beber agua entre copas de vino blanco para hidratarse y reducir el consumo de alcohol.
– Evitar mezclar el vino blanco con otras bebidas alcohólicas o refrescos azucarados, que aumentan las calorías y los efectos del alcohol.
– Limitar el consumo de vino blanco a una o dos copas al día para los hombres y una copa al día para las mujeres, según las recomendaciones de la OMS.
El vino blanco, además de ser una bebida placentera, puede tener beneficios para la salud si se consume con responsabilidad. Algunos estudios han sugerido que el vino blanco puede mejorar la salud cardiovascular, prevenir las infecciones urinarias, proteger el hígado y retrasar el envejecimiento celular.