Si hay algo que distingue a la Manzanilla es, sin lugar a duda, su origen. Sol, mar, marisma y vientos de Poniente bañan una pintoresca localidad a orillas del Atlántico, en el extremo más meridional de la península ibérica, llamada Sanlúcar de Barrameda.
Enclavada en un entorno natural privilegiado, entre la desembocadura del Guadalquivir y las marismas del Parque Natural de Doñana, este pequeño pueblo costero es cuna de manifestaciones culturales y gastronómicas de fama mundial. Entre ellas la Manzanilla sobresale como indiscutible seña de identidad andaluza.
Visitar bodegas, alojarse entre viñedos, saborear la gastronomía, catar sus vinos y cavas, participar en sus fiestas populares, y descubrir el territorio con sus rutas culturales, el patrimonio arquitectónico de todas las épocas, las rutas senderistas y cicloturistas entre viñedos, forman parte de la oferta turística de Sanlúcar de Barrameda.
D.O. MANZANILLA - SANLÚCAR DE BARRAMEDA
Sanlúcar de Barrameda atrajo desde tiempos muy remotos a visitantes, comerciantes y marineros venidos de diferentes lugares; una apertura a otros mundos que forjó el carácter propio de esta ciudad abierta y extrovertida.
Por eso Sanlúcar más que visitarse se saborea, no solo en su producción vinícola y en su popular gastronomía, sino en sus fiestas y celebraciones, su historia comerciante, su entorno natural y sus tradiciones llenas de autenticidad.
Considerada la Reina del Mar, la Manzanilla de Sanlúcar solo puede elaborarse en las bodegas de esta localidad costera, a orillas del mar. Es precisamente esta proximidad al influjo del océano lo que la distingue y la hace tan excepcional. Un vino muy especial, elaborado a partir de métodos tradicionales heredados generación tras generación de bodegueros sanluqueños. Un proceso único del que se obtiene una de las grandes joyas de la enología universal.
La Manzanilla fue incorporada a la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry en 1933 como uno de sus tipos de vino. Hasta 1964 no se publicó el Reglamento de la Denominación de Origen Manzanilla, donde se reconoce la identidad de la Manzanilla, así como su vínculo con Sanlúcar de Barrameda.
Es precisamente este entorno singular y sus condiciones geográficas y climáticas excepcionales los que hacen de la Manzanilla de Sanlúcar un vino único en el mundo, con una personalidad propia en la que convergen carácter y sutileza, potencia y finura, complejidad y elegancia…
La pluviosidad es relativamente alta, con una media de unos 600 litros por metro cuadrado de lluvia al año, que se registran especialmente en otoño e invierno. Salvo en años señalados, esta cantidad de agua es suficiente para el buen desarrollo de las cepas, ya que se ve complementada además por los importantes rocíos nocturnos que aporta el vecino Océano Atlántico.
Hay que señalar que la climatología no es igual en todo el Marco del jerez, con diferencias más o menos marcadas entre las distintas sub-zonas, términos o pagos que lo componen, especialmente en lo que hace referencia a la continentalidad de los mismos.
El clima de la zona del Jerez es cálido, como consecuencia de su baja latitud, ya que se trata de una de las regiones vinícolas más meridionales de Europa (la ciudad de Jerez se sitúa en los 36º de latitud Norte). La zona cuenta con veranos secos y altas temperaturas, lo que provoca una alta evapotranspiración, aunque la cercanía del Océano Atlántico dulcifica y humedece el ambiente, especialmente durante las noches.
Manzanilla
Es un vino blanco, elaborado con uva palomino y envejecido bajo velo de flor durante un período mínimo de 2 años exclusivamente en bodegas de Sanlúcar de Barrameda.
Manzanilla pasada
Esta variedad está sometida a un período de crianza excepcionalmente prolongado, en el que la flor llega a debilitarse ligeramente, provocando un pequeño nivel de oxidación y una mayor complejidad.
Manzanilla en rama
Esta nueva incorporación se corresponde con una Manzanilla extraída directamente de la bota y embotellada casi sin filtrar (solo muy levemente para eliminar las partículas más grandes de levadura y madera).
La Manzanilla se elabora con la uva por excelencia de esta comarca vitivinícola: la Palomino Fino. Esta variedad, de bayas jugosas, de zumo poco coloreado, dulces y sabrosas, alcanza una excelente maduración en esta región gracias a la excepcional climatología de la zona y a su cultivo en campos de tierra albariza. La sub-variedad «Palomino fino» -la más común en la Zona- brota en las dos últimas semanas de Marzo y madura a principios de Septiembre.
Los rendimientos son del orden de 80 hectolitros por hectárea, alcanzando normalmente en torno a los 11-12 grados Baumé, con débil acidez. La excelente calidad de su uva y su buen comportamiento en el campo la convierten en indiscutible para el bodeguero y el viticultor.
Descubre esta región vitivinícola situada exclusivamente en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda.
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D.O. MANZANILLA - SANLÚCAR DE BARRAMEDA
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D.O. MANZANILLA - SANLÚCAR DE BARRAMEDA
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