Bodegas Ernesto del Palacio es un sueño y un propósito. Son los 300 años de historia de una familia dedicada, con esmero y tesón, al campo, a la agricultura y, cómo no, al vino. Es, a la vez, el deseo de volver a la bodega, de crear una experiencia, de mejorar lo que somos.
Por eso, nuestra historia empieza en 1715 cuando la familia Del Palacio comienza a vender y a producir un vino único de unas viñas centenarias, las de Toro, que fueron de las pocas que no sufrieron la plaga de la Filoxera que arrasó España a finales del siglo XIX.
Desde entonces, con una pequeña interrupción, la familia Del Palacio ha trabajado con ilusión y perseverancia para mejorar algo inmejorable: la tradición, el cuidado y el esmero de toda una familia elaborando vinos inolvidables, que mezclan el pasado y el presente para crear caldos de futuro.