Florentino Martínez comercializa sus vinos en las pequeñas bodegas familiares de su propiedad hasta la construcción de la actual bodega en 1992, con una planta de embotellado y una nave de recepción de vendimia y almacenaje.
La bodega ha ido modernizándose para dotarse de las más avanzadas tecnologías de elaboración: Depósitos con fermentación controlada, despalilladora, prensa de baja presión finalizándose con la construcción de una zona social, nave de barricas y aula didáctica.
Sus vinos proceden de una vendimia seleccionada en viñedos propios y de proveedores fijos controlados, con viñedos de alta calidad, parte de los cuales superan los 50 años de edad.
Para obtener la máxima expresión del fruto Florentino Martínez realiza un minucioso seguimiento del cultivo con una vendimia manual y selectiva.
Alcanzar la máxima calidad en los vinos ha sido siempre el objetivo de Florentino Martínez. Así, a partir de sus afamados claretes y blancos, ha conseguido completar una amplia gama, Siendo Distercio y Tanka sus vinos más selectos en Tinto, en los que el roble toma un papel protagonista, para dotarlos de una esencia inigualable. Estos vinos se elaboran en producción limitada solamente en cosechas excelentes, dándose a conocer en certámenes literarios organizados para la ocasión.