Naturaleza, arte y vino encuentran la más perfecta simbiosis en Bodega Otazu. Situada en un paisaje de ensueño, entre la Sierra del Perdón y la Sierra del Sarbil. Este establecimiento, construido en el siglo XIX, recrea el estilo arquitectónico de los châteaux franceses. Cuenta, además, con el privilegio de autoabastecerse de las uvas que cultivan en las 110 hectáreas de viñedo propio que circundan los edificios, enclavadas en una de las zonas más septentrionales del país. Destaca la magnífica sala subterránea integrada por nueve bóvedas de hormigón, donde reposan más de 1000 barricas de roble.