La COMPAÑÍA DE VINOS TRICÓ es un proyecto muy personal de José Antonio López. La bodega toma su nombre de la palabra, Tricó, que es la forma en que en algunos lugares de Galicia llaman a los hijos tardíos, casi inesperados, que terminan siendo la alegría de la casa y los más mimados de la familia. La metáfora ilustra perfectamente el sentir de José Antonio cuando puso en marcha su COMPAÑÍA DE VINOS TRICÓ, después de varias experiencias de elaboración.
Es un proyecto muy apegado al entorno y donde cada elemento está pensado para ser la manifestación de un sentir gallego, dentro de un marco perfectamente identificable. Aspira a extraer el verdadero carácter de la variedad albariño y que ésta se exprese de forma auténtica.
Creé este proyecto con el propósito de sintetizar todas las experiencias acumuladas en mis anteriores bodegas con otros socios, con el ánimo de asegurar un recorrido en solitario que me permita elaborar los vinos tal y como los concibo; verdadero reflejo de terroir sin concesiones, dice José Antonio.
Como la COMPAÑÍA DE VINOS TRICÓ responde a experiencias muy personales, las etiquetas también reflejen ese espíritu que se ha querido imprimir a todo. El diseño de cada etiqueta guarda una historia familiar y local que de algún modo es también reflejo de un tiempo. Todos los dibujos están sacados de un cuaderno escolar de la madre de José Antonio que, siendo una niña en la aldea de Cequeliños, dibujaba, escribía y recreaba las historias de su infantil imaginación que han quedado entremezclados en los cuadernos de los deberes escolares.