Entendemos el vino como la fusión de las tradiciones familiares, las costumbres regionales y la enología contemporánea.
Dedicamos el mayor esfuerzo al cuidado de nuestros viñedos, intentando potenciar al máximo todas sus características para así conseguir caldos que guarden la impronta de su suelo, de su clima y de la variedad Tempranillo.
Posteriormente, se inicia el proceso de elaboración, control de temperaturas y remontado.
Para la crianza, elegimos roble francés Allier, renovándolo periódicamente para garantizar el máximo aporte de cualidades.
Por último, dejamos que los vinos reposen y se clarifiquen por decantación, con sucesivos trasiegos, antes del embotellado. Así pudiéndoles ofrecer vinos muy estructurados y de gran calidad.