Bodegas Pasiego nace en 1997, cuando tres amigos y a modo de hobby deciden emprender esta aventura bajo el nombre de Criadores Artesanos. Inicialmente, solo criábamos o envejecíamos el vino comprado a granel para después embotellarlo, en el sótano de una vivienda ubicada en Utiel.
Pronto nos picó el gusanillo para comenzar a elaborar nuestras propias uvas, pues hemos vivido la viticultura desde muy jóvenes. Al trasladarnos a las instalaciones de Sinarcas, dotamos la bodega de vinificadores, equipo de frío para control de temperatura, bombas, etc, con el fin de poder elaborar nuestras uvas seleccionadas con los medios más adecuados.
Desde el convencimiento de que los vinos de calidad se elaboran en la viña, nuestro objetivo es sacar el máximo partido a la tierra. Para ello efectuamos un control diario en campo, coordinado por un director técnico Ingeniero Agrónomo que cuenta con el apoyo de César Salón, el patriarca de la familia, con más de cuarenta años a sus espaldas dedicados al cultivo de la vid.
Basamos nuestra filosofía en la obtención de bajas producciones, para ello realizamos plantaciones con densidades altas, portainjertos débiles y clones poco vigorosos; alternamos prácticas de no-laboreo y no abonamos las parcelas; todo ello con la intención de que las vides tengan el mínimo vigor posible.
Posteriormente, y justo antes del envero realizamos un clareo de racimos (práctica de la que muchos presumen y pocos acometen), dejando cada cepa con la producción idónea, con las uvas perfectamente dibujadas, distribuidas uniformemente a lo largo del cordón consiguiendo la máxima aireación.
Desde 2010, que reformamos la bodega para poder atender visitas como es debido, la bodega cambia de nombre y se denomina desde entonces Bodegas Pasiego.