Nos encontramos en Laguardia, corazón de la Rioja Alavesa y a los pies de la Sierra de Cantabria. Un lugar donde la altitud empieza a considerarse límite para el cultivo de la vid. Es difícil entender a Carlos San Pedro sin Laguardia. Con el paso del tiempo reconoce que el lugar, la zona donde nos encontramos, es la que tiene que marcar la personalidad de los vinos de Pujanza. Es el clima, son los suelos, es el conocimiento de generaciones y generaciones.
Mirar al futuro desde este punto del mapa, prácticamente obliga a tener siempre en mente la historia y la tradición vitivinícola de una región y la manera de entender el mundo del vino como antiguamente lo hacía su familia.