Ninguno allá en 1200, una parte de las tierras del Priorat pertenecían a la Cartuja de la Escaladei gestionadas por sus monjes y otra parte a la nobleza, concretamente a la Baronía de Entença, quien dominaba las tierras de donde ahora nacen los vinos de la Bodega Pascona.
El año 1827 nació en Pere Pascó y Pi, médico de Falset que compró las tierras a la partida Fontanals. Estas pasaron a su hija Victòria Pascó y después a sus dos nietas, la Mari Pau Gombau Pascó y la Guadalupe Gombau Pascó, conocidas como las Pascones. Vino la Guerra Civil y las Pascones perdieron sus prometidos en el frente y quedaron solteras con una edad avanzada y sin descendencia, en la cual las dos hermanas se cuidaron la una de la otra.
Al pasar los años, en edad adulta y sin descendencia, recibieron un regalo del cielo: Una niña de 7 años, Assumpta Rull. Su madre, parienta de las Pascones, había enfermat y se había hecho difícil mantener la familia y se los pidió el favor de cuidar su niña. Pasó toda la infancia junto a las Pascones y al pasar los años y mejorar la situación familiar, la madre reclamó a las Pascones su hija, hecho que no gustó a las Pascones que de alguna manera, se lo habían hecho suya. Como un divorcio actual pactaron los días que tenía que estar con su madre y con las Pascones. Así pues esta niña se hizo grande con ellas y el amor que recibió de las Pascones, se los devolvió hasta su muerte. Ellas, aparte de sus posesiones, le dejaron por herencia la finca de los Fontanals, conocida ya como la Finca de las Pascones.