Los orígenes de Cherubino Valsangiacomo se remontan a 1831, en Suiza. Ese año, Vittore Valsangiacomo funda una bodega con su nombre en Chiasso, en el cantón suizo de Ticino, junto a la frontera con Italia. Es la primera bodega de la familia. A finales del siglo XIX, su hijo Cherubino Valsangiacomo decide abrir una empresa de exportación de vinos en Valencia y Alicante, atraído por las condiciones logísticas de sus puertos y el excelente fruto de la tierra. Cherubino, como su padre, pone su nombre a las bodegas.
En 1890 el negocio cobra tal envergadura que Cherubino Valsagiacomo tiene diversas instalaciones en Chiva, Requena, Utiel, Monóvar, Yecla y el Grao de Valencia, esta última sede central de la empresa hasta 1997. Ese año Cherubino hace una importante apuesta por el futuro y la calidad y se traslada a Chiva, cuyas instalaciones están provistas de los medios adecuados para el tratamiento y almacenamiento de vinos a granel y equipadas con una planta de producción de zumo concentrado de uva, que incrementa y mejora la capacidad de las instalaciones. En el año 2002 se amplían y modernizan aún más las bodegas, creándose una nueva planta y una línea embotelladora que incorporan las mejores condiciones y las técnicas más modernas para el control de calidad en la elaboración de nuestros vinos. Esta planta está provista de una cava que con capacidad para albergar 2.000 barricas.
En 2008 se inicia el proyecto bobal de SanJuan dirigido a la elaboración de vinos tintos y rosados 100% de cepas viejas de bobal, fermentados y madurados en depósitos de cemento crudo. Las antiguas instalaciones de la Cooperativa de SanJuan se adecuan a la nueva forma de elaborar y envejecer la uva bobal, preservando siempre el valor del cemento crudo.
El proyecto se completa con la adquisición de una parcela de bobal centenario en vaso de 10 hectáreas, situada a 750m del nivel del mar en el término municipal de Requena.
En el año 2018 se inauguran las nuevas instalaciones para el procesado de zumo de uva aséptico, así como una pasteurizadora y cámaras frigoríficas para la conservación del mosto.
Actualmente, la quinta generación de la familia Valsangiacomo se encarga de la gestión directa de la bodega, dando muestra de su compromiso con el desarrollo y el futuro de la empresa familiar.