Es una historia de 9 generaciones dedicadas con cuerpo y ánima a la viña. Agricultores que han trabajado la tierra desde siempre. Desde el siglo XVIII, según documentos del Monasterio de Sant Sebastià dels Gorgs, donde pagaban sus tributos, la familia Massana ha estado ligada al cultivo mediterráneo: la viña, el maíz, el melocotón y otras frutas, todo aclimatado a la tierra de la finca.
El abuelo, Josep Massana Carbó, y el padre, Antoni Massana Ràfols, de Eudald recibieron varios reconocimientos a lo largo de su trayectoria en el mundo vitivinícola.
Una historia marcada, pues, por la emprendería de la familia Massana, que se consolidó con la entrada de una nueva generación, Eudald, que juntamente con sus padres crearon un nuevo proyecto vitivinícola que hoy día se ha convertido en una empresa con identidad propia. Desde su infancia, Eudald Massana soñaba en elaborar vino y luchar para que fuera de los mejores. Después de 9 generaciones, actualmente esto es una realidad y el mismo Eudald explica que sacar adelante la bodega es un compromiso y un orgullo