Elías Gil es la cuarta generación de una familia vitivinícola de largo recorrido. 1769 es el año donde se puede encontrar ya el primer Gil ligado al mundo de la viña. 2 siglos y medio de vida cultivando viñedos. Pero la elaboración de vino llegó un poco más tarde, al cabo de dos generaciones.
Ramon Gil, bisabuelo de Elías, era el heredero de la casa familiar, la finca más grande del pueblo, siempre en Horta de Sant Joan. Como era tradición, él heredaría la finca al ser el hijo mayor de un buen puñado de hermanos.
Los hermanos se fueron casando. Volaron de la casa familiar para hacer su vida, y Ramon siguió soltero. Cuidando de los padres y de la finca que heredaría se fue haciendo mayor. Y cuando ya parecía que aquella sería para siempre su vida, llegó Manuela.
Ramon y Manuela se enamoraron de la manera más bonita y tierna, pero como las más grandes novelas de amor, ella no fue bienvenida a la familia. No gustó su linaje ni fue considerada adecuada para continuar la familia. Y así, una noche, los padres se sentaron con Ramon y le expusieron sus reticencias:
«Ramon, más estima que por ti sabes que no tenemos por nadie, y nos consta también la tuya por nosotros. Pero esta chica no será de la casa. Tómate el tiempo que necesites para pensar esto.
2 minutos fueron suficientes para que Ramon cogiera a su mujer de la mano e iniciara un linaje nuevo.
Con mucho esfuerzo y trabajando mucho y muy duro, pudieron comprar un poco de tierra y la casa donde nacieron todas las generaciones venideras, cambiando así, no sólo el rumbo de su vida, sino también las tradiciones y la vida de todos aquellos que vendrían después.