Tempranillo: Esta variedad es la principal de nuestra Denominación de Origen. Su producción es moderada pero de una altísima calidad. Variedad de maduración temprana, produce un racimo de tamaño medio, compacto y regular, cuyas uvas tienen la piel media-gruesa y la pulpa blanda, de zumo incoloro. Sus aromas varietales recuerdan a ciruelas pasas, regaliz y frutas del bosque.
Cabernet Sauvignon: Es una variedad francesa. Es muy selecta y con plena adaptación a nuestra climatología. Su producción, aunque no presenta elevados rendimientos, se caracteriza por su color intenso y estable. Sus racimos son cónicos y casi puntiagudos, con una base ancha que se estrecha progresivamente hacia el final. Los granos son de tamaño mediano a pequeños, con hollejo grueso. Sus poderosos taninos y viva acidez proporcionan vinos duros en su juventud. Es muy utilizada en el coupage con otras variedades tintas. Sus vinos, de bellos tonos frambuesa-rubí, poseen aromas florales con gran riqueza en matices.
Syrah: Es una variedad originaria del valle del Ródano que ofrece excelentes resultados en zonas de mucho sol y altas temperaturas, lo que ha hecho que se adapte perfectamente a nuestros suelos. Su racimo es cilíndrico, de tamaño mediano, con uvas de color azulado, la piel es medianamente espesa y la pulpa jugosa. Sus vinos son muy oscuros, con fuerte cuerpo y gran potencial de envejecimiento. Sus aromas recuerdan a las violetas.
Garnacha: Es la variedad más utilizada en la elaboración de los vinos rosados. Es una variedad productiva y resistente, capaz de aguantar las condiciones ambientales más adversas. Su racimo es de tamaño medio y compacto, de color negro y forma esferoide, con uvas de piel fina y pulpa jugosa. Origina un vino de color rojo brillante-fresa con matices rubí de gran limpieza y viveza. Sus aromas varietales recuerdan a los frutos silvestres.