Montañas majestuosas recortan el cielo, el romero, el tomillo y el hinojo reviven energías,
manos sabias abrazan viñas al borde de los bosques.
Estamos en tierra de luz y silencio, de montaña y sol.
Donde el tronco del Tempranillo rivaliza con la encina, donde la tierra es antigua y sabia.
Una tierra que sabe acoger ilusiones nuevas, gente con pasión, proyectos de vino que expresan autenticidad con el lugar y la fuerza de nuestras variedades.
Una tierra donde los sueños se comparten.
Esto es Can Marlès de El Montmell.