La Comunidad de Madrid, con denominación de origen propia, dividida en cuatro subzonas, comienza a destacar como destino ideal para el enoturismo. A menos de una hora de la capital, encontramos una gran variedad de paisajes, bodegas y experiencias alrededor del vino, porque conocer el vino desde sus raíces es sumergirse en la cultura y formas de vida de un territorio y sus habitantes
Enoturismo en Salamanca: una experiencia para todo
Descubre increíbles Hoteles y Casas Rurales
Actividades al aire libre y ocio nocturno donde disfrutar
Descubre la mejor gastronomía de Salamanca
Descubre la oferta cultural de Salamanca
Visita las bodegas destacadas de Salamanca
Experiencias increíbles para descubrir
Cualquier época del año es buena para visitar Salamanca. El patrimonio, la cultura y la gastronomía están siempre a disposición del visitante en esta acogedora ciudad. En verano miles de estudiantes llegan atraídos por los cursos de español para extranjeros y los cursos de verano de la Universidad. El resto del año la ciudad acoge celebraciones multitud de actos culturales, gastronómicos, congresos y jornadas. La práctica del golf es posible durante todo el año.
Salamanca, por su condición de ciudad monumental, recibe miles de turistas al año, por lo que su oferta hotelera es muy amplia. Desde pensiones muy económicas hasta hoteles de gran lujo, se puede encontrar una habitación para cualquier bolsillo.
Son muchas y variadas las posibilidades para disfrutar de la Salamanca natural: de las cumbres nevadas de la sierra de Béjar y Candelario a los cañones de Las Arribes; de los robledales a la dehesa… Parques Naturales, Reservas de la Biosfera y otros parajes de gran valor medioambiental escondidos en esta provincia para que los descubra el viajero.
La provincia de Salamanca atesora oficios y labores ancestrales, que cristalizan en bellas artesanías.
Los orives y joyeros se sirven de metales preciosos para entrelazar magistralmente la célebre filigrana charra en la capital, Ciudad Rodrigo, Mogarraz, San Martín del Castañar o Tamames. Hábiles canteros, herederos de aquellos que ayudaron a decorar templos y palacios, trabajan la arenisca en Villamayor y el granito en Sorihuela y Los Santos.
La humilde arcilla, en Alba de Tormes, Cespedosa o el Bodón, es transformada por alfareros y ceramistas en útiles domésticos y en verdaderas obras de arte al alcance de cualquier economía. Villoruela se convierte en centro productor de artesanía de la mimbre, mientras que en La Alberca y Mogarraz tallan con primor la madera; por su parte, Montemayor del Río es la referencia en la cestería de castaño.
Algodones y lanas surten los telares del Bodón y Morasverdes y permiten la confección de llamativos bordados en la Sierra de Francia. La vocación ganadera de la provincia favorece la presencia de expertos guarnicioneros y zapateros en Macotera, Salamanca, Villavieja de Yeltes, Ciudad Rodrigo, Béjar o Mogarraz.
Ejemplos, todos, del buen hacer de maestros artesanos que con su trabajo enriquecen la cultura y la originalidad de esta tierra.
A 15 kilómetros de la ciudad Salamanca se halla el aeropuerto de Matacán, de pequeña escala, desde donde operan vuelos regulares y chárter en determinados períodos.